ANSIEDAD INFANTIL.

Me gustaría comenzar con una pequeña reflexión ante algo que ha aportado de forma positiva el confinamiento a nivel familiar.

Durante cada semana del confinamiento los niños nos han sorprendido el como lo han sobrellevado, algunos padres han llegado a decir que su conducta ha sido sorprendentemente buena, y ha mejorado en muchos aspectos, ahora bien, ¿Cómo es posible? La respuesta está, al ritmo acelerado al que estaban sometidos, responsabilidades, exigencias, rutinas agotadoras e incluso aceptaban la falta de tiempo de poder jugar por tener que hacer deberes o porque los padres trabajan mucho. De forma abrupta habido un giro de 180º grados en la vida de cada familia, siendo el factor primordial que ha provocado esta mejora conductual en los niños es el darles “Tiempo de Calidad”; hoy en día uno de los mayores problemas a los que los padres se enfrentan es en poder estar presentes en la vida de sus hijos, la mayoría se sienten solos, extrañan a sus padres y desean compartir momento con ellos. A raíz de este confinamiento, posiblemente se haya fortalecido el vinculo afectivo entre padres e hijos necesario para un buen desarrollo emocional del niño.

“Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea” Montessori.

Por otro lado, en estos últimos días, se han duplicado los casos de ansiedad infantil.

Es un estado de alteración del ánimo, de malestar, perturbación o angustia, a causa de un miedo, que el niño no puede controlar y que termina afectando a su conducta, algunos se encierran en su mundo, otros lo expresan a modo de enfado o irritabilidad, otros lo manifiestan con somatización física.

¿Qué está sucediendo tras el confinamiento?

Que, aunque los niños tengan una buena capacidad de adaptación a las circunstancias, son unas esponjas emocionales y no viven ajenos a esta situación; por ejemplo, los más pequeños no diferencian entre realidad y fantasía, y esto les puede provocar confusión, es importante que sepan que esto es real y que no es una historia imaginada.

Los niños dentro de su propio mundo intentan resolver sus dudas o miedos a su forma, pero claramente, con una información que la mayoría de las veces no es la que se ajusta a la realidad y esto a largo plazo puede generar pensamientos obsesivos, malestar o de preocupación, muchos de ellos pueden presentar síntomas visibles desde los primeros días de aislamiento, en cambio, otros aparecen semanas más tarde (trastornos del sueño o del estado de ánimo, miedo al desapego, miedo a que pase algo malo, irritabilidad).

Esto puede traer aparejadas muchas reacciones en el cuerpo o manifestaciones emocionales que, en el momento que se presentan, no son reconocidas como tales (dolor de cabeza, dolor de tripa, te pregunta a donde vas, no quieren estar solos, conductas evasivas), la mayoría de estos síntomas, a los niños les es difícil por identificar que lo que están atravesando es un problema de ansiedad. En esta etapa de confinamiento como de desescalada han empezado a manifestar etapas de angustia o miedos, tenemos que estar atentos a estas señales para saber reaccionar a ellas de la forma que los niños necesitan.

En estos momentos los padres tienen un papel muy importante en poder ayudarles a sus hijos a que puedan prevenir y manejar su ansiedad, aportandoles hábitos sanos que favorezcan la relajación y que ayuden a reducir el impacto de la situación que le desencadena ese malestar o estrés:

1.Es importante ayudarle a reducir la intensidad del acontecimiento:

. Animar al niño, pero sin forzar, a que hable de cómo se siente, y que identifique su emoción, que la reconozca y que acepte, que a veces podemos sentir miedo pero que no es algo malo, sino natural, que para que no se convierta en algo que le pueda generar malestar, es importante que se desahogue y que exprese sus preocupaciones, dudas y sentimientos.  A través, de un dibujo puede exteriorizar y expresar con colores que cosas le preocupan, después nombramos cada una de ellas y le ayudamos a reflexionar cuanto de importante es ese problema, sí poquito, poco

2. Los padres sois el mejor modelo de conducta y afrontamiento de los problemas.

. Abrir vuestro mundo ante ellos, que vean que no solo son ellos quien tienen esos miedos, que vosotros también os sentís a veces, como se siente él, y le transmitís vuestros sentimientos, y que, para afrontar esa situación, utilizas varias técnicas que os ayudan a relajaros ( cerrar los ojos y respirar, pensar en cosas bonitas, hablar con la gente que quieres, hacer ejercicio, etc.) y le vas mostrando tus estrategias y empiezan a entender de que hay herramientas que les pueden ayudar a liberarse del estrés, ansiedad, a poder calmarse. El poder ayudarles y aportarles herramientas que les ayuden, es con el fin de que puedan ir creando poco a poco la capacidad de poder autorregular sus emociones, y que aprendan a gestionar y solucionar sus propios problemas, sin necesidad de entrar en estados de agitación o preocupación. 

3. Construye una atmosfera familiar de comprensión y autocuidado emocional en tu hijo.

La mayoría de las veces, la forma en como tengamos de afrontar una situación que nos genera ansiedad depende en parte de las herramientas que tenga para poder gestionarla y sobre todo de si me siento capaz de poder resolverlo. Dicho de otro modo, no es suficiente el tener una mochila llena de recursos, hay que tener la creencia de que uno puede superar sus miedos. Detrás de todo esto y lo que nos da el impulso avanzar es la autoeficacia que esta relacionada con la autoestima que el niño va desarrollando en cada una de las etapas de su vida, y que los padres son la fuente principal que construya una autoestima basada en la confianza y seguridad en si mismo. La base esta en la forma de comunicarse con ellos, a través del amor, mostrando apoyo y potenciando sus capacidades.

4. Crea rutinas diarias que fomenten la capacidad de gestión de sus emociones, y les ayude a reducir la ansiedad. Os propongo algunos ejercicios:

. La caja de la calma: Esta caja se tiene que colocar en un lugar accesible para cuando la necesite acudir a ella. En ella pondremos, objetos que le ayuden a poder conectar con sus sentidos y fije su atención concentración en ellos, reduciendo así su agitación mental y llegando conseguir un estado de calma (Burbujitas, pelota goma espuma, plumas, algún olor (canela, limón.), un cuento, algunas tarjetas de emociones, también de alguna postura de yoga).

 . Semáforo emocional: El objetivo de es esta tarea es reducir la impulsividad y que aprendan a pensar antes de actuar., también les ayuda a trabajar la resolución de conflictos y a tener una guía de actuación al sentir ciertas emociones que nos hacen perder el control de nosotros mismos e impiden que vean las situaciones de forma objetiva. Le explicaremos que cuando está irritado, nervioso, o tiene pensamientos de preocupación, aquí es cuando tenemos que pararnos a pensar de qué forma nos sentimos porque estar así hace que actuemos sin pensar y contestemos mal.

ROJO: Me paro, identifico que me pasa, respiramos e intentamos relajarnos un poco más.

AMARILLO: Pienso en las alternativas que tengo para poder solucionar mi problema (cerrar los ojos y respirar, ir a mi caja de la calma, escuchar música).

VERDE: Hemos podido solucionar el problema, se cómo me siento y he podido buscar una forma de cómo sentirme más calmado.

. Técnicas de relajación: Enseñarles a conectar con ellos mismos y con su cuerpo, esto favorece a que el niño adopte una consciencia de sus emociones y visualizar las cosas desde otro punto de vista más centrado y calmado.

            -Imaginación guiada:

  1. Le decimos al niño que se tumbe en el suelo que cierre los ojos y que empiece a respirar lentamente por la nariz y suelte el aire por la boca,cuando esté relajado, le vamos a ir guiando a que se imagine que tiene la mitad de un limón en cada mano, que lo exprima fuerte, que intente sacarle todo el jugo, que aguantamos durante 10 segundos, y después relajamos las manos y soltamos el limón.
  2. Imagínate que aterriza en tu nariz una mariposa, fíjate bien en ella en todos sus colores, pero atento, no te puedes mover porque si te mueves la mariposa vuela y ella posada en tu nariz está muy feliz, mantén tu cuerpo relajado y quieto simplemente contempla lo bonita que es la mariposa, aguanta así 10 segundos.

Estamos viviendo una etapa llena de incertidumbres para todos nosotros, nuestra mente de forma natural empieza a pensar en situaciones futuras la mayoría ellas nos generan ansiedad es lo que yo llamo “intolerancia a la incertidumbre” anticipamos preocupaciones que todavía no han sucedido y claramente los niños no se quedan fuera de estas incertidumbres y/o preocupaciones, aunque lo vivan a su modo, de alguna forma u otra al final manifiestan su malestar y por eso es importante, empatizar con ellos, regular sus miedos y sensaciones, explicarles lo que está sucediendo y describir la realidad y preguntarles cómo se sienten y aplicar las pautas descritas para ayudarles a reducir la intensidad de su ansiedad.